Gigante y Matador: Un clásico

Las dos selecciones de CUBA de intercountry de la categoría "A" se cruzaron nuevamente. La historia ganó esta vez.

 

Con la camiseta y con algo de suerte. Lo injusto para algunos es alegría para otros. Poco vistoso y sin muchas emociones, suficiente para que el puntero se mantenga arriba. 

 

Tarde de domingo soleada en Fátima. Para desgracia de la gloria que juega de local, el público copa la cancha 3 para ver el partido de la fecha: GIGANTE VS MATADOR. Aquel clásico que tras ausentarse el año pasado había retornado con un espectacular duelo. Allá por Junio el Gigante lograba la hazaña y levantaba un 0-2 en la ultima, rescatando un punto y una alegría inmensa. El Matador lamentaría esos dos puntos que lo alejarían en la pelea del título.
 
 
Paradójico partido el de ayer, donde aquel que se vistió de héroe y se fue por la puerta grande en junio, se iría con la cabeza baja y por la puerta de atrás, poco antes del final, cuando ya todo parecía perdido.
 
 
Llegan las 4 y arranca el juego. El Matador con la azul, el Gigante con una versión alternativa, celeste y gris. En apenas 3 minutos hay una mano en el área del Gigante y el juez sanciona el penal. Agarra la pelota Luis Damico y abriendo el pie derecho cambia por gol. 1-0 para los de Larramendi, quien prefiere no ver el penal y se va atras de la libustrina. El partido arranca cuesta arriba para los de Muñoz, pero el gol no parece golpearlos y siguen proponiendo buen juego. Es así que en un centro de Bacigaluppi al segundo palo, el "rulo" simplemente la acomoda contra el segundo palo. Nada que hacer para Arning. Empatan los de celeste, 1-1. El primer tiempo concluye y ambos equipos cansados van a mojarse e hidratarse.
 
 
El segundo tiempo no es muy atractivo desde el juego. Se siente el cansancio, pero nadie regala nada. Todos desean ganar este partido. Estos dos equipos tienen una historia que en cada clásico se vuelve más interesante. Estos dos grupos se conocen desde siempre. Familias involucradas. Tan claro como notar las parejas de hermanos que hay en cada equipo, o bien en ambos. Damico, Balparda, Menendez, Solari, Gomez Nardo, Suvá. En fin, otro de tantos motivos que le dan color a un clásico que nunca decepciona. No sería la excepción. Cuando parece que el resultado no se mueve del empate, llega el grito sagrado. Desborda el ruso Bluthgen por izquierda y coloca un centro atrás, recibe "Lío" y haciendo honor a su apodo, se viste de salvador. Zurdazo abajo de Landaburu, el hermano perteneciente al Matador, que a pesar del esfuerzo de Gomez Nardo termina dentro del arco Gigante. 2-1 faltando 15 minutos. 
 
 
El final está al caer, y el Gigante no encuentra el camino al éxito. Hace unos meses German Suvá estampaba un derechazo seco en el palo izquierdo del arquero y se llevaba todos los aplausos. Otro domingo con el sol cayendo, un par de meses después, lo encuentra mirando el final de afuera. Ya amonestado, un reclamo al árbitro le cuesta la segunda amarilla al capitán y ante un público anonadado se retira cabizbajo reclamándole algo al juez de línea. Este no será un clásico memorable para el Lobo. Menos aún, cuando luego de jugar hasta el minuto 51, suena el pitaso final que decreta otro triunfo Matador.
 
 
La gente aún no se va porque a la tarde le falta el canto del final. Titulares, suplentes y amigos matadores se reúnen en el campo a gozar y a cantar "que nacieron hijos nuestros, hijos nuestros morirán", celebrando así otra victoria en un clásico que según marca el historial tiene 9 victorias para el Matador y ninguna para el Gigante, con tan solo 2 empates. Este grupo viene construyendo una historia destacable y gracias a este triunfo se mantiene en la cima del torneo cuando ya se han jugado la mitad de los partidos. El Gigante tendrá que levantar cabeza ya que se ubica tercero en la tabla y aún puede pelear. El clásico que atrapa a toda la burbuja volvió a cumplir. Esta vez fue para el Mata.
 
 
GIGANTE 1-2 MATADOR.
 
 
 

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