Hockey a fondo. Barajar y dar de nuevo es el resultado del Ave Fénix, la 5ºA

Adaptarse a los cambios, a lo nuevo, a las incertidumbres, abrirse a nuevas amigas y lograr ser un equipo.

Desde la época en que eran llamadas como "las Juveniles A" hasta cerca de 1980, la quinta A es "LA" categoría más anhelada del Club. La meta del semillero cubanito, el lugar donde llegan y demuestran sus condiciones, no sólo "hockísticas"  sino también de compañerismo y temperamento, las futuras integrantes del plantel mayor. Unas cuantas de las cuales y en particular de esta camada, ya se están probando la ropa de la primera, la que parece que van a usar por  unos cuantos años. 

 

Esta quinta A  por la que alguna vez pasaron las Herrou, Olmos, Ceci Rojas, Bebel, varias Miguens, Vicki Carbó, Millie Arrotea, y mas allá Caro Aldao, Andrea Benítez Cruz y tantas otras, perdón por las omisiones y olvidos , se encuentra en lo que parece ser un año atípico y peculiar para la categoría. Lo que históricamente solía ser un equipo con una base de jugadoras integradas y consolidadas luego de varios años jugando juntas, acompañándose entre todas en sus crecimiento como deportistas, como amigas, como grupo y particularmente como personas, en esta temporada se han encontrado con una situación  distinta, y así es que las chicas recién se están conociendo, hallándose encaminadas a lograrlo, pero aún en etapa de integración. 

 

Aquello  que habitualmente era un plantel ya “armado”, conformado por "las de 2do año de quinta A" - que vienen jugando juntas desde la séptima u octava y aún más chicas - más las de "1er año de 5ta A" que cada año impar se juntaban con las nacidas en el 2001 - por lo tanto, también viejas conocidas  - y a las que se le sumaban una o quizás dos que saltaban de la B a la A. Sin embargo, este año debe transitar un proceso que otros planteles de Quinta A no tuvieron que enfrentar.

 

En este 2019 el prematuro alejamiento del hóckey de una gran cantidad de chicas ha hecho que del grupo de 2ño año de la 5ta. A sólo hayan quedado tres jugadoras, que de las de 1er año de 5ta A sean hoy cinco, y que para completar el plantel se haya recurrido al pase de jugadoras de la 5ta B 2018 con cuatro jugadoras y otro grupo de la 6ta B 2018 con el lógico proceso de adaptación que ello trajo aparejado. Y Grupos que además, usualmente, eran conducidos por un entrenador/dora (o como cada una quiera decirle) también conocido y cuando no, uno que ya habían tenido en la etapa formativa como la novena u octava. 

 

Una verdadera diáspora conducida por una experimentada entrenadora , aunque novel en el club, haciendo sus primeras armas en el ámbito cubanito. A estas circunstancias hay que sumarle o tal vez restarle, que han llegado a estar lastimadas y sin poder jugar cinco jugadoras en forma simultánea, y de las cuales recientemente, luego de 9 fechas, ha vuelto a las canchas Sofi L. y que aún esté en proceso de recuperación Sofi H.   

 

Finalmente hay que considerar que ante la falta de una arquera de la categoría, se ha debido recurrir a la  presencia inicial de dos arqueras de sexta, habiendo hoy sólo una quién disimula su edad con notorio gran desempeño.

 

Esta suerte de ensalada de jugadoras de cuatro vertientes diferentes no ha logrado todavía resultados muy satisfactorios pero sábado a sábado mejora su nivel, juega de igual a con equipos que en la tabla las superan por muchos puntos y ha logrado sus dos primeros triunfos, haciendo crecer la expectativa respecto a su rendimiento en la segunda parte del año. La quinta A sigue entrenando con esfuerzo y el grupo se ha amalgamado, las chicas se conocen más, se van complementando mejor y eso se ve en los partidos y en los terceros tiempos. 

 

Poco falta para que se plasme en la cancha ese entendimiento que de a poco están logrando Popi, Lupe, Trini, Valen x 2, Clarita,  Sofi x 2, Rochi, Marina, Cucu x 2, Luchi, Oli x 2, Cata y Mora, con la dirección de Eva y la preparación física de Tuki.

 

Uno podría preguntarse: Y que pasaría si no logran la integración como equipo ? Pues a no dudarlo, que disfrutarán de pertenecer al grupo, jugar juntas, crecer como personas y como jugadoras y brindarse una actitud amistosa y solidaria, lo que resulta más que halagador y gratificante aunque deban conformarse con  ganar sólo algunos partidos.

 

Mientras tanto un nutrido grupo de madres, padres y otras jugadoras del club las acompañan, apoyan y alientan semana tras semana.

 

Podemos decir que este equipo tuvo que aprender desde el "barajar y dar de nuevo" a conocerse a partir de ver cómo son "los pingos en la cancha" lo que requiere el doble de esfuerzo para cualquier equipo, pero su actitud es lo primordial. El amor por la camiseta las une y las abraza. Y nadie duda que pese a todos los cambios, las novedades, las incorporaciones, las dificultades, las incertidumbres y lo inesperado, ellas resurgirán como un "Ave Fénix". A caso alguien lo pone en duda? Yo no, sólo basta con ir a verlas a un entrenamiento o a un partido. Vale la pena, los invito.

 

Desde Villa de Mayo, para Hockey a fondo, informó Mauricio Fulide (ex Fuerteliso y Alderecho)

 

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