El sábado 11 de diciembre CUBA participó en la competencia de aguas abiertas Noelia Petti 2021 en Laguna La Candelaria en distancias de 1.400 mts y 3.500 mts, y logró subir al podio en varias categorías.
Fue un día de sol y calor, a las 9.30 hs fue la acreditación en ambas distancias (entrega del kit de inscripción, del chip y del torpedo reglamentario).
A las 10.15 largó la distancia 3.500 mts y a las 12.15 la distancia 1.400 mts. Previo a cada largada se realizó una charla técnica.
Los representantes del Club fueron: Nicolás Cermesoni, Fernando Albanese, Rochi González Morón, Laura Villarroya, Lucía Laulhe (juvenil), Eugenio Novas (juvenil), Mati Monte, Fernando Nieva, Juan Pablo De Martini, Celia Siffredi junto a la entrenadora Grisel Barrozo.
CUBA logró los siguientes podios:
1° Puesto Laura Villarroya
1° Puesto Nicolás Cermesoni
2° Puesto Eugenio Novas
3° Puesto Rochi Gonzalez Morón
3° Puesto Juan Pablo De Martini
La semana anterior a la competencia Grisel nos entrenó con boyas en la pileta de CUBA Palermo para practicar los giros.
Empecé a entrenar en la pileta de CUBA Palermo cuando se abrió en pandemia, el 14 de septiembre 2020. Hablándolo con Grisel, me sugirió esta prueba para arrancar aguas abiertas, ya que había distancia corta y sin corriente. Disfruto muchísimo los entrenamientos de Grisel y Gustavo.
Fue clave ver salir y llegar de la prueba de 3.500 mts a mis compañeros del Club, para aprender un montón y recibir sus valiosos y entusiastas consejos, que trataba de memorizar todos.
Hacía un calor agobiante esa mañana, así que entrar al lago fue algo muy gratificante pasadas las 12.30 del mediodía. A los pocos minutos arrancó la competencia, con el sonido del silbato. Nadando hacia la primera boya pensé: ¿Qué hago acá?
Pasé esta boya a mi derecha y seguí nadando hacia las banderas de la costa, mirando cada tanto a la derecha para encarar la segunda boya colorada (cosa que me resultaba fácil porque respiro para la derecha). Recuerdo no desviarme para economizar brazadas.
Entre la boya 1 y 2 había dos nadadores que presentí, podían ser una buena liebre y me pegué a ellos y no dejé que se escaparan, me ayudaron a mantener el ritmo y pude mirar para adelante con menos frecuencia. En la segunda boya me doy cuenta que uno de estos nadadores tenía un torpedo de plástico y no de goma espuma, lo que me resultaba muy molesto porque me golpeaba en las brazadas.
Camino a la boya 3, recordaba los consejos de Eugenio de nadar lejos de la costa. No quería encallarme. Me pegué lo más que pude al nadador a mi derecha y braceé con más ritmo.
Pasando la boya 3 se me vuelve a cruzar el torpedo que me molestaba y decidí pasarlo por encima a toda velocidad de manera de encarar el nado hacia el arco. Aumenté el ritmo y empecé a escuchar a Grisel que gritaba mi nombre y ahí supe que los dos nadadores venían atrás, llegué a la orilla.
La carrera termina en el agua me dijeron, y así lo recordaba, pero me había olvidado de presentar el chip a la mesa de entrada en tierra. Cosa que Rochi me recordó a los gritos “¡El chip, el chip!”, me había olvidado que lo tenía encima.
Fueron 27 minutos muy intensos. Mi respuesta a la pregunta ¿Qué hago acá? Es simple, pasarla bien y divertirme, de la manera que me sale hacerlo, con deporte, al aire libre y con buena gente. Encontré en la natación algo que se está poniendo lindo. Me gustan estas distancias cortas, no iría por más. Así está muy bien.