Nuestro viaje comenzó el jueves 10 de octubre, volando de Aeroparque a Bariloche.

Esa noche descansamos en el Refugio CUBA, para sentirnos como en casa, y el viernes temprano buscamos los esquíes de travesía alquilados y encaramos al Cerro Perito Moreno para probarlos.

Pasamos la noche en un lodge apreski, para malcriarnos y prepararnos para el gran objetivo: el Piltriquitrón.

El sábado temprano salimos en el auto que alquilamos hacia el inicio de la picada que conduce al Piltriquitrón (a unos 1.500 metros sobre el nivel del mar) tras una caminata de 1.5 horas, con mochilas cargadas y esquíes a cuestas. Dejamos el equipaje innecesario en el refugio y subimos hasta una cumbre cercana practicando transiciones de pieles de foca con un clima bastante hostil, disfrutando nuestra primera bajada de esquí.

Esa noche, un guiso de lentejas nos dejó a punto para el día siguiente.

El domingo 13 nos despertamos con un día totalmente despejado como premio. Encaramos hacia el Cerro Huemul, subiendo varios picos. Al mediodía, nos encontramos realizando una práctica de rescate con ARVA pal y sonda en una avalancha que había ocurrido hacía unos días. Una experiencia increíble, en la que Ramón se coronó, encontrando el ARVA en 3 minutos 20 segundos.

Por la tarde, después de algunas bajadas más, volvimos al refugio y unas partidas de truco subieron la adrenalina a algunos que tuvieron que dormir afuera y comer unos fideos a la boloñesa que no nos vamos a olvidar nunca.

El lunes 14 nos levantamos antes del amanecer para encarar la cumbre del Piltriquitrón (2.260 metros sobre el nivel del mar). Después de un ascenso de 760 metros, llegamos eufóricos a la cima a las 11:30, donde nos quedamos unos minutos admirando la vista desde la cumbre. La bajada fue puro disfrute, cerrando el viaje con broche de oro antes de volver al aeropuerto ¡Una experiencia inolvidable!