Una ilusión de estudiantes universitarios

El Club Universitario de Buenos Aires se fundó el 11 de mayo de 1918, en momentos en que el ámbito universitario era una caja de resonancias, con ecos de diversos sucesos de la política nacional e internacional. Mientras una parte de la juventud universitaria se dividía a favor de los aliados o de alemania, otra en radical o conservadora, ésta en socialista y aquélla en anarquista, un grupo de estudianes quiso mantenerse al margen de estos conflictos, buscando encauzar la sociabilidad juvenil y dedicarse a actividades deportivas, artísticas y culturales .

Los estudiantes fundadores procedían de tres sectores: los que se dedicaban a actividades artísticas, los que querían un club deportivo y quienes pugnaban por unir a los universitarios en un club liberado de la política. En la facultad de medicina se originó el movimiento que culminó con la creación del Club Universitario de Buenos Aires, el primero en reunir universitarios sin distinguir carreras, un eje nucleador de estudiantes y profesionales. Desde el origen definieron que el Club sea solamente para los universitarios, que fuese una condición sine qua non para integrarlo.

Los amantes del arte escénico, casi todos de la facultad de medicina, tenían un grupo llamado La Tribu, fundado en 1917. Ese mismo año, tras un partido de básquet que desemboó en un desorden en la Asociación Cristiana de Jóvenes, su Comisión Directiva sancionó a media docena de estudiantes, varios de los cuales luego fueron fundadores del CUBA. También se produjo la derrota de la fórmula que encabezan Carlos Waldorp y Mariano A. Guerrero para presidente y vice del Centro de Estudiantes de Medicina. 

Es así como el 11 de mayo de 1918, en un laboratorio que los estudiantes universitarios Luis Agote Robertson y Lorenzo Galíndez tenían en una casa de la calle Corrientes al 1200, un grupo de 26 jóvenes constituyeron una entidad privada para reunir a los universitarios al margen de las turbulencias políticas. Deliberaron hasta altas horas de la noche y una vez de acuerdo en lo fundamental - con mucho entusiasmo y sin ningún dinero - redactaron un documento, expresión de deseos y acta constitutiva al mismo tiempo: el Acta Fundacional del Club Universitario de Buenos Aires.

Los 26  firmantes del Acta fueron los fundadores del Club Universitario de Buenos Aires; pero otros 69 estudiantes también son considerados socios fundadores por haber ingresado al Club antes del 1° de junio de 1918.

 

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Filosofía

En 1918, en vísperas de constituirse la institución, uno de sus fundadores, el Dr. Julio Dellepiane Rawson, le decía a Luis Agote Robertson: "Lo que sostengo es que aunque los iniciadores seamos los de medicina, el club debe ser un lugar para todos los universitarios, y de todos los universitarios sin distinción de la facultad de la que cada uno proceda: un nexo para los universitarios argentinos de hoy, de mañana y de siempre; hasta podría decir que algo así como un segundo hogar para quienes hemos pasado por las universidades del país"(...)

Ese era el espíritu de aquellos 26 estudiantes universitarios que fundaron el Club Universitario. "El ideal nuestro -y lo hemos realizado- era de hacer un hogar común en donde la identidad espiritual de sus habitantes permitiera su mutuo acercamiento y amistad", continuaba Dellepiane Rawson. Y como adelantándose a la proyección que iba a alcanzar el CUBA, agregaba: "Defenderemos celosamente el carácter universitario del club. Háganse sobre este edificio, al lado, o donde se quiera, todas las ampliaciones que se deseen, pero que siempre serán para los universitarios, y que si se le quiere dar un nombre, se llamará ‘La Casa del Universitario."

Hoy, nuestra institución puede estar orgullosa, más que de los logros en lo material y lo edilicio, de la libertad, la camaradería y la preservación de nuestra concepción del deporte amateur que rechaza todo tipo de retribución por los logros deportivos.

En los primeros 50 años hubo que defender esa libertad e individualidad como Club, en tanto en los siguientes años, la lucha ha sido en el campo del amateurismo, opción de la que CUBA es club de vanguardia.

El resumen de lo que buscaban aquellos pioneros está reflejado en un cartel que preside la entrada de la Sede Central y que dice: 

Consocio: ¡Bienvenido! Al entrar a esta casa olvide a qué facultad pertenece. 
Recuerde sólo que es universitario y que en ella encontrará buenos camaradas de los cuales debe ser amigo afectuoso.

 


 Historia del Club


Memorias y Balances del Club