Crónicas del Desafío Catedral

Testimonios del primer tetra de CUBA que se realizó en la Villa Catedral en febrero. Casi 40 competidores en una prueba desafiante en la que debieron nadar en el lago, navegar en kayak, y recorrer el Cerro Catedral en mountain bike y haciendo trekking.

En las postrimerías del centenario de CUBA, se encienden las últimas velas en la sede más coqueta del sur, el Refugio Catedral se vistió de sol y aventura una vez más. CUBA pasó un año intenso y lleno de acontecimientos históricos imbricados en crónicas de valores y camaradería, marcando nuevos hitos tanto institucionales como deportivos que en sí mismos serán recordados por otros 100 años más.

El Desafío Catedral no fue la excepción, en franca unanimidad, tres capitanías trabajando a la par para lograr un encuentro deportivo que se empieza a perfilar como una tradición tanto para el Club como para los deportistas patagónicos.

En un marco de naturaleza inigualable, porque hay veces que el sur te regala uno de esos días.... casi 40 competidores, muchos de ellos con más dudas que certezas, se animaron a subir la apuesta de los años anteriores y corrieron el primer tetratlon del Club, una prueba combinada de cuatro disciplinas.
 
Meses se entrenamiento, afinación y puesta a punto no fueron en vano para completar un circuito tan exigente como satisfactorio: 1.6 km de nado en aguas abiertas en el lago Moreno, 4 km de kayac recorridas en el mismo lago, 20 km de Mountain Bike desde el lago hasta el Catedral pasando por el balcón del Gutiérrez y finalmente 5 km de trekking en un recorrido por la picada del chapelquito casi subiendo a la cota de 1200.
 
Ufff! cuántos km de subida final?...cuántos km habían acortado del circuito original? Resistirán? Es necesario exigirse tanto? Valdrá la pena? abandonarán algunos?
 
Los bumps de la bici, las curvas y contracurvas, el agua verde esmeralda que muta con la vista del veril hacia lo profundo del más puro de los azules probables.
 
Los más pesados, los más grandes, los más lentos... los contracturados. Aquellos que se dieron un descanso de sus profesiones y preocupaciones para compartir 4 días inolvidables con gente que apenas conocía.La vuelta cargada de un fuego incesante de emoción y agotamiento, bebidas isotónicas y sonrisas, hasta la llegada soñada al refugio en todo su esplendor. 
 
Porque, digámoslo, al refugio lo precede una fama que supo hacerse desde que nació de las cenizas de un furioso incendio en la década del 30, una de las caras más crueles de la montaña, pero que resurgió por heroicas labores de consocios y el especial cuidado de la familia Mavrik, que supo repeler otros incendios que marcaron el lugar.
 
Los héroes (congorra-singorra, palermitanos, baculentos, con y sin aletas, con esperanzas; cada uno con sus propias mochilas), los que realmente están siempre batallando anónimamente con la frente y la sonrisa en alto, todos juntos llegaron a la meta, cada uno a su tiempo, algunos en parejas otros individuales, todos completaron el trazado. Acaso hay mejor satisfacción que la de la faena cumplida, la cumbre individual? 
 
El trofeo además de la solemne medalla grabada , fue sin dudas, un crepúsculo de verano en el deck del refugio con una picada exquisita que hizo de maridaje de una cerveza artesanal nacida y criada en Bariloche.
 
Los corderos de la cena coronaron la comida con carcajadas y buen vino, saludando a nuestro club y homenajeando su esencia.
 
Visitas ilustres acompañaron el evento, ya que además de los propios competidores de elite del Club (entre ellos Nico Cermesoni, Diego Camps), estuvo Sebastián Tagle del Club de corredores (que nos regaló una muy buena charla el día anterior),  Alex Tersoglio del CAVLA y su hija Kenya Campos Haedo y siempre asesorados por Andrés Sandoval del Aguas Abiertas VLA.
 
La dirección técnica de la carrera fue realizada impecablemente por Iván Bonacalza que además de ser un montañista reconocido (recientemente convertido en montañista cuyano) es el que organiza los trazados de las carreras combinadas más rigurosas de la zona.
 
Tres de los competidores que nunca habían participado en algo así se animaron a dar su testimonio, experiencias contadas en primera persona que interpelan a todos a volver o probar. (Ver nota aparte Luchi García Fernández, Maria Muro y Tati Taccari)
 
Gracias a todos los que ayudaron a lograr esto, a la subcomisión de sede y a la cariñosa familia Mavrik por atendernos tan bien.
 
Sin duda alguna, si Borges quisiera soñar un hombre "con integridad minuciosa e imponerlo a la realidad", lo soñaría en este lugar maravilloso de la Patagonia.
 
 
Facundo Beltrán
 

CRÓNICA DE UN GRAN DESAFÍO

por Luchi García Fernández y Pablo Abbondati

 

Martes 26 de Febrero, 2 y pico de la tarde. El cartel de CUBA nos da la bienvenida al refugio después de más de 4hs de competencia. Llegamos!!!

Fue TODO un desafío! Con todas las letras y desde el momento en el que decidimos anotarnos. El recorrido sin dudas empezó mucho antes. En nuestro caso fue promediando Enero cuando nos enteramos de la existencia del “Desafío Centenario” (otro evento más para el centenario!!). 

“Debe ser para mega-atletas, no hay forma de hacerlo todo”; “Qué placer irnos a Bariloche! Es una linda excusa, pero qué hacemos con los chicos?”; “Te acordás del refugio? Hace cuánto que no vamos? 25 años?”; “Y si probamos? Las distancias parecen realizables, aunque todas juntas..."; "Empecemos a entrenar y vemos!" etc, etc, etc.  Con más dudas que certezas, nos embarcamos en este viaje. 

A medida que empezamos a entrenar fuerte y tuvimos en la cabeza este gran objetivo, la motivación fue creciendo. Fue clave el empujón de los organizadores que desde que esbozamos la posibilidad de ir, estuvieron siempre alentándonos: que era más recreativo que competitivo, que con entrenamiento se podía, que el nado no era para tanto, ni el lago era tan frío, ni la montaña tan empinada; y que había que entrenar y entrenar, y por las dudas entrenar un poco más.

Estaba claro que lo más complicado para nosotros, rústicos nadadores de verano y olimpíadas, era enfrentarnos al gran desafío que implicaba nadar esa distancia. Para eso metimos horas de pileta con Cristián, un par de idas al río para sacarnos de encima eso de “nadar en aguas abiertas” y varias consultas a los experimentados para alejar los miedos y empezar también a planificar que hacíamos después de nadar… si pasábamos esa primera prueba! Ropa, comida, transiciones, hidratación y otros aspectos desconocidos para nosotros, que gracias a la paciencia y la mejor onda de todos, pudimos resolver sin problema.

Aterrizamos en Bariloche y ya se empezaba a palpitar el desafío. En el mejor de los escenarios, mimados en cada detalle en un refugio que no pierde la magia, con un clima ideal. Bicicleteadas, trekking, rafting... se armaba propuesta y atrás de eso se iba sumando gente. Mezcla de sedes, capitanías, edades y deportes. Todos juntos disfrutando y compartiendo esta experiencia, unidos por la famosa camaradería y valores del club.

Y hasta podríamos decir que el día del Desafío fue un día más. Divertidísimo, disfrutable y muy intenso, pero en nuestro caso fue parte de este camino, una excelente excusa para todo lo que vivimos antes y después. Imposible olvidar ese lago planchado, la energía del lugar que nos llevó a nadar hasta el final, los alientos mutuos, la adrenalina de los bumps, lo duro que fue la bici en esas subidas eternas por el balcón del Gutiérrez, y el recibimiento de los que habían llegado antes en la recta final. Pero lo que hizo de estos días una experiencia increíble, fue todo el proceso recorrido. Desde el primer día que entrenamos con el desafío como objetivo, hasta días después con los chats lleno de fotos y anécdotas de lo vivido en Bariloche. Por supuesto, no faltó el merecido cierre, disfrutando de un atardecer espectacular en el deck de nuestro refugio. Cansados pero contentos, compartimos una gran picada y cordero entre otras cosas, todo a la altura de estos lindísimos días para guardarnos en la retina y en el corazón.

 


 

VAMOS QUE SI SE PUEDE

por María Muro

 

Hace más de 3 años que escuchaba, compartía y me divertía muchísimo con los cuentos, anécdotas y experiencias vividas desde el primer desafío que se hizo en el Arbolito, allá por marzo del 2017.  Y siempre me decía lo mismo …”el año que viene voy seguro, no me lo voy a perder”… pero a medida que avanzaba el año, y que me llevaba puesta el trabajo, mi casa, mis hijos, etc, …aparecían mil excusas o razones para postergarlo.

En Enero de éste año, me dije: “… bueno no hay más excusas, ¿lo querés hacer o no?” Además no era ajena a la opinión, ayuda e impulso de Facundo (quienes lo conocen se imaginarán que no me daba mucha opción…) Y decidí empezar a entrenar con un objetivo muy concreto: TERMINAR EL DESAFIO! No me importaban los tiempos, solamente me propuse prepararme para llegar a la meta DISFRUTANDO!

Así empecé con rutinas de nado en el mar, en la pile de Palermo y Villa, recorridos de bici en nuestro querido bajo de San Isidro, desafiando a todas las barrancas que nos llevan hasta el río, incursionando en kayak (nunca en mi vida había remado ), y en todo momento dándome cuenta que se podía….que no era algo tan inalcanzable…La verdad es que estaba super relajada, disfrutando la preparación …mis amigas me decían: …pero estás loca, ¿vos sos consciente de lo que vas a hacer? … y debo confesar que la úlitma semana me agarraron un poco de nervios, y todos los miedos juntos! Pero ya estaba en el baile, no había posibilidad de dar marcha atrás.

Llegamos a Bariloche, y fuimos desde el aeropuerto directo al lago Moreno, me dijeron: Vamos que te espera Nico Leyenda Cermesoni y La bicampeona, para que te pruebes el traje y nades un poco en el lago… y allí fuimos. El desafío de ponerme el traje y nadar con él ya era en sí misma una prueba…y ahí estábamos en el Moreno, divirtiéndonos, riéndonos a carcajadas y en mi caso sintiéndome una privilegiada absoluta, no me alcanzaban los ojos para mirar todo lo me rodeaba.

Del Moreno al refu y de vuelta una sensación de disfrute y privilegio total! La calidez de los Mavric, la alta onda de todo el grupo, los cuentos de los más experimentados, las dudas de los que menos sabíamos, el apoyo de todos allí y a la distancia! Mi gran grupo de amigas del alma, enviándome mensajes de aliento y exigiéndome reportes casi diarios de lo que estábamos viviendo….todo fue insuperable. La pasión y dedicación de los organizadores, el aguante de los equipos de apoyo, las charlas técnicas,  la excursión de rafting al Manso, todo sumaba y calzaba justo en lo que necesitábamos antes del día de la carrera.

El martes 26 nos levantamos tempranito, y partimos para el Lago Moreno. Me recuerdo con una sonrisa permanente, todo parecía ser perfecto, todo iba a salir muy bien ¡!! Y LARGAMOS en el agua fresquita…y salí última del agua pero con el objetivo de los 1600 mts cumplido! (gracias totales GEM, tu apoyo fue lo más) Y me esperaba mi compa para el kayak y le digo…¿puedo descansar un toque ? noooo, vamos … a seguir!!!! Y bueno seguí!!!! Y después la bici…y yo pensé: bueno esto es más fácil para mí…jajaja… no tenía idea de todo lo que iba a dejar en ese recorrido fantástico del Balcón del Gutiérrez, qué necesidad de taannntaaa subida !!!!!  Todo el tiempo en subida, y trataba de guardarme resto y el 1-1 del plato y piñón dejarlo sólo para cuando no daba más…hasta que de repente alguno gritó “bajadaaaaaa” y al pasar la curva veo La Villa Catedral. La emoción, alegría y felicidad fue plena!!! Todos los miedos ya habían desaparecido hace rato… y el objetivo estaba cada vez más cerca… y no había podido reportar nada a mis amigas !!!

Quedaba el último tramo,  dejo la bici y de vuelta con mi compa, encaramos el chapelquito! A ésta altura ya era tan grande la felicidad por sentir la meta tan cerca que todo era disfrute. Y pasando las 4 horitas…LLEGUE! OBJETIVO CUMPLIDO!

De ese momento me queda grabado en mi memoria y en mi corazón, el abrazo de Facundo, los alientos de todos lo que habían llegado antes, y mi orgullo y alegría por haberme animado. Dejar de ser observadora y pasar a ser protagonista de mi propio desafio fue sin dudas un logro personal que me llenó el alma.

Hacer algo que nunca hice, hacer algo por primera vez, es uno de los lemas que me propuse para éste año, y el DESAFIO CATEDRAL 2019 fue el primer paso!  ¡VAMOS QUE SI SE PUEDE!

 


 

UNA AVENTURA IMPECABLE

por Tati Taccari

 

Era mi primer competencia fuera de lo que es un torneo de futbol, no sabía muy bien hasta donde podía llegar, mi amigo al que le dicen “leyenda” me había asegurado que podía completar la prueba si me entrenaba un poco. Y ahí estaba esa mañana divina de sol con dudas, con ansiedad y miedos, pero listo para la largada en esa hermosa playa del lago Moreno a donde antes solo había ido a tirar piedras intentando hacer patito o a tomar mate.

Eso es lo primero que destaco de este desafío, pasar de ser “observador” de esos increíbles paisajes a estar siendo parte ahí metido en el lago a nado o en Kayak, recorriendo en bici alucinantes balcones de los lagos y travesías por bosques y finalmente haciendo trecking por el cerro mirando el Nahuel Huapi mientras cerras con la última disciplina. Estuvo Impecable!!, decíamos muchos al terminar, en gran parte porque recorrimos  paisajes increíbles bien pensados.

Mi único objetivo en la competencia era llegar al final intentando en lo posible disfrutar del recorrido. Por suerte, por lo que compartimos en los días previos, éramos unos cuantos con el mismo objetivo de participar para simplemente llegar.

Me sale agradecer con un GRACIAS TOTALES, como lo hacía Gustavo Cerati en River, una buena forma de  agradecer a todo y todos y no dejar a nada y nadie afuera por lo impecable de lo vivido esos 3 días, agradecer estar vivo y con la capacidad de competir, a mi mujer y mis 3 hijas por apoyarme y ayudarme a prepararme física y mentalmente, a los organizadores porque lo hicieron genial, al grupo de socios con espíritu de club social deportivo ahí presente, a leyenda que me aseguró que completaría la prueba, al “Dios que cada uno quiere agradecer” (Gracias GEM), etc, etc.

Mi experiencia y motivación personal pasó por haber probado por unos días cambiar totalmente la manera de hacer deporte, del futbol interno de cuba con mi equipo Mazokotanga por más de 30 años a algo que requiere preparación, cabeza, desempeño individual, ser paciente y constante. … “Tenes que regular la potencia, esto no es como meter un pique, es lo contrario” me decían la noche anterior Fede y Javier, mis compañeros de cuarto que había conocido el día anterior. Así fueron los días anteriores, recibí muchos consejos y recomendaciones, quedaba claro que había un objetivo adicional y grupal y era que “lleguemos todos“, cada uno a su ritmo.

Pensé en hacer esto por única vez, sacarme el gusto de hacerlo, probarme a los casi 50 años y sentirme joven, pero ahora quiero repetirlo.  Eso dice mucho.

En esos 3 días me sentí cómodo y apoyado con un grupo que no conocía hasta el día que llegue a Bariloche, salvo a leyenda y a Dieguito. Me sentí parte del espíritu de club, me gustó escuchar a expertos y a organizadores, hubo buena onda y positiva, objetivos compartidos, encontré una nueva forma de hacer deportes, recibimos consejos de nutrición y de como entrenar, recorrimos paisajes de primera, comimos muy bien, tuvimos una organización impecable, conocí el refugio del cerro, etc., como no voy a querer volver.

Me quedan ahora las ganas y el desafío de mejorar para el año que viene. IMPECABLE, repetíamos muchos! GRACIAS TOTALES!

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