CUBA invade Colonia nuevamente!
Regata Consulado Argentino – 6ta edición.
El sábado 26 de septiembre se corrió la ya tradicional regata Consulado Argentino con destino a Colonia del Sacramento – Uruguay. Es un evento que tiene sus orígenes en los festejos del Bicentenario argentino en 2010 y uruguayo en 2011.
Es sin dudas una de las regatas más esperadas y convocantes en el Campeonato CUBA y que atrae a muchísimos barcos de todos los clubes de la rivera. Este año contó con un total de 45 participantes, 20 de otros puertos, entre los que competieron y los que acompañaron la regata en modalidad crucero. Se destacó la participación de los históricos “Fortuna II” de la Armada Naval Argentina y el “Esperanza” de la Prefectura Naval Argentina.
Es un evento muy esperado también por motivos no competitivos. Representa una oportunidad excelente de socialización e integración dado que termina con un agasajo y entrega de premios en los jardines del Consulado Argentino. Para CUBA es un evento especial también porque los alumnos del curso de timonel tienen su primera oportunidad de cruzar el rio junto con tripulaciones de nautas más experimentados. Actividad clave para lograr continuidad en el deporte una vez que finalizan el curso.
3 alumnos de nuestro curso de timoneles junto a nuestro Comodoro, Norberto Galindez, tripularon el Fortuna II de la Armada Argentina. Manuel Lopez de Gomara relató la experiencia:
“Este es mi segundo cruce a colonia y ya sea por destino o por fortuna lo hice en el conocido velero de la armada. Un velero de 54 pies, Fortuna II, su nombre encuadra perfectamente con lo que sentí ni bien me enteré que iba a ser tripulante del mismo, afortunado sin duda y el número haciendo referencia a mi segunda visita al Uruguay.
La verdad que haber participado de la Regata Copa CUBA al consulado en semejante embarcación me lleno de alegría, días previos a la partida empecé a buscar a fotos en internet y se la estaba pasando a amigos de la ansiedad que tenía. Meses atrás había asistido a una charla de navegación con mal tiempo que dio Cesar Recalde y en la cual nos contó muchas anécdotas que vivió en ese velero, todo esto lo hacía más pintoresco. Y por supuesto entre mis amigos había gente que no conocía la embarcación, mientras que los que sí están metidos en la náutica se sorprendían cuando les decía que iba en el Fortuna II. No entendían cómo podía “subirme” allí.
Aprovecho este medio para agradecerle nuevamente a CUBA por darme la oportunidad de semejante travesía.
Sumado a la ansiedad también sentía cierta incertidumbre y desconocimiento por lo que le pedí a Tai (Juan Pablo Costa, instructor del curso de timonel) ciertas recomendaciones incluso de vestimenta jaja. Me dio dos recomendaciones claves para cualquier situación estar siempre a disposición y pedir permiso.
Llegó el momento de partir, a las 8:26 a.m estaba subiendo al Fortuna II, era gigantesco. Me encuentro con Jochi y Marcos dos amigos del curso de timonel y el comodoro de CUBA Norberto Galindez, nosotros éramos los infiltrados del Fortuna II. A las 8:30 llegá el capitán y comenzamos a preparar el velero. Guardamos las defensas, sacamos la carpa, pusimos las escotas en el Genoa y ya recibiamos la primer orden directa del Capitán, con Marcos debíamos liberar las amarras de popa.
El Fortuna II ya estaba libre y comenzamos nuestra derrota hacia la largada. Ayudamos en la izada de la mayor y nos poníamos en contacto con unos molinetes enormes y los grinders.
No pasaron ni dos minutos que el Contra (El contramaestre, el encargado de todas las maniobras) me mira y me hace un gesto como diciendo “vení a timonear, miré para atrás para ver si realmente me estaba hablando a mi y por suerte sí. Voy a la Rueda y entre nervios y felicidad apunto la proa entre las boyas del canal, dejamos a babor unos buques que hacían ver al Fortuna II como un juguete. Hasta ese momento navegamos sólo con la mayor.
Minutos después izamos el Genoa, allí Marcos y Jochi estaban en los grinders y yo en el molinete. Realmente fue una locura ver un genoa de semejante tamaño. Todo en el Fortuna II era imponente por su tamaño, pero la vela de proa era particularmente sorprendente encima por su color negro. Con Marcos y Jochi fuimos a proa y realmente era una pared mirábamos para arriba y no terminábamos de llegar al final.
Entre charlas y millas recorridas observamos como la tripulación se dirigía al capitán: Jefe, nos da permiso para tomar mate señor? Y muchas otras cosas más.
Ya a medio camino no podíamos creer lo rápido que íbamos y como dejábamos a la mayoría de los veleros atrás. Las condiciones del viento que estaban pronosticadas por suerte cambiaron y el viento empezó a levantarse permitiéndonos cruzar a Uruguay de manera perfecta. En un momento preguntan quién quiere timonear de los cadetes, ninguno contestó y yo por dentro moría de ganas de ir de nuevo. Se ve que muy por dentro no lo tenía porque Galindez me dice: “Manuel se te ve con muchas ganas de venir” acto seguido me pare y estaba tiomenando el Fortuna II por segunda vez, pero ahora con la mayor y la Genoa arriba y el velero bastante escorado. La sensación fue increíble. Todo el tiempo atento a las lanitas y mirando a los nudos que iba, llega a superar los 8 nudos y estaba feliz, hasta incluso hice una virada de ceñida a ceñida. Tengo que reconocer que segundos antes de virar me dio cierto miedo, no estaba virando un H19 y tampoco había tres personas más a bordo, era un 55 pies con 16 personas a bordo y la mayoría de la armada argentina. Por suerte la virada salió excelente y de ahí en más la sonrisa no se me borro de la cara.
Ya llegando a colonia vemos el Esperanza, el velero de prefectura, en el cual Lucas Massa estaba como táctico y de quien me habían contado muchísimas anécdotas de navegación. Ese día vi una, se abrieron de la derrota que trazaban la mayoría de los veleros por no decir todos alejándose mucho para buscar mayor presión de viento. Minutos después vemos que empiezan a izar el Spinnaker enorme, era una gran bandera Argentina que hacía avanzar al Esperanza muy rápido. Se me puso la piel de gallina.”
En esta oportunidad, a bordo del Esperanza compitieron 1 alumno del curso de timonel y otro del curso de patrón. Ellos nos relataron su experiencia:
Miguel Balbiani – Alumno del curso de patrón:
“Relato de Regata Consulado Argentina 2015 en el “Esperanza” de la PNA.
Todo empezó el sábado temprano en el YCA, una imagen increíble, ver tres veleros históricos como el Esperanza, el Fortuna 1 y Fortuna 2, todos amarrado uno al lado del otro. Espectacular. La tripulación fue muy amable y nos explicaron todo o relativo al velero y además compartieron experiencias de diferentes regatas y sus viajes con nosotros.
Me asignaron, junto con Miguel Davico con el cual formamos una excelente yunta, los grinders y la izada de las interminables velas, que además fueron de diferentes tipos y tamaños. El Velero navega como un “tren”, mas timoneado por Pablo Segovia y con Lucas Massa como Skipper que no para ni un minuto ajustando cuanto cabo haya para sacar el máximo provecho. Esta en todos los detalles, además nos alentaba en las maniobras para que salieran rápidas y perfectas.
Fue todo un desafío que gracias a la tripulación salió perfecto.
La llegada a colonia fue impresionante, Lucas puso casi todas las velas que podía, spinaker, staysail, mayor, mesana y faltó poco para el spinaker de mesana. Volábamos a 8 nudos.
Para terminar y como postre, nos dejaron a la vuelta, timonear “la nave” fue una sensación impresionante.
Quiero agradecer a la Perfectura Naval Argentina, al capitán Pablo Segovia y tripulación y a Manuel Torrado (Director y profesor de curso de Patrón de CUBA), Lucas Massa y Santiago Villamil por darme la oportunidad de subirme y compartir con ellos un excelente fin de semana”
Miguel Davico, Alumno del curso de timonel, también relató la experiencia:
“La experiencia de correr la regata a bordo del “Esperanza” fue increíble. Amarrado en la marina del YCA el tamaño del velero es impresionante. El estado y el mantenimiento son perfectos. La madera, el barniz y los bronces impecables tanto en cubierta como en los camarotes.
La tripulación del “Esperanza” nos recibió muy amablemente y siempre estuvieron atentos, algo que en particular debo agradecer sobre todo porque el mismo trato se mantuvo aún cuando evidenciaron mi falta de experiencia, que ineficazmente quise suplir con mucha voluntad.
Las maniobras, de más esta contarles que estando acostumbrado a los H19, son bastante más complejas; y pude participar de ellas, no solo gracias a la amabilidad de los tripulantes sino también a su paciencia para explicarme los roles y procedimientos estando en el piano o haciendo banda. Miguel Balbiani fue un compañero y consejero permanente, Cinthia “pipi” Lorenzo (instructora del curso de timonel) continuó como todos los fines de semana instruyéndome, Santiago Villamil supo aportarme consejos precisos y tuve el privilegio de recibir lecciones de navegación de Manuel Torrado en varias bandas.
La velocidad y potencia del velero impresionan, una sensación que se disfruta y es sólo interrumpida frecuentemente por “el ya no tan inquieto” (palabras de S.V.) skipper Lucas Massa, ordenándonos peelings con tamaños, nombres y combinaciones de distintos tipos de velas de proa: Genoa 1, Genoa 1 Liviano, Genoa 1 pesado, trinquetilla, Staysail, cuchillo y spinnaker. Maniobras que han quedado documentadas fotográficamente gracias al trabajo de Karina Feijóo.
La verdad, no tengo más que palabras de agradecimiento para todos los tripulantes del “Esperanza”, por su camaradería y por permitirme tener una experiencia náutica única.
Las condiciones climáticas fueron buenas. Vientos suaves del E que rotaron al SE cuando los primeros barcos se aproximaban al Canal Uruguayo. Fue una regata relativamente lenta pero con condiciones muy placenteras para navegar y donde la estrategia tuvo un rol predominante. Condiciones que premiaron fuertemente a aquellos que a mitad del recorrido tomaron riesgo situándose claramente a la derecha de sus rivales. Estrategia que siguió el “Cocoon” de Fernando Montes y que le significó ganar la clasificación general con un cómodo margen.
El primer barco en llegar a Colonia fue el Fuga de Mariano Delgui y que contó como tripulantes a varios alumnos del curso de timonel. Juan Ignacio Colombo Calabrese nos relata la experiencia:
“La organización comenzó el viernes camino a Olivos. Ahí íbamos a conocer al resto de los tripulantes y al skipper (Mariano Delgui) del barco. Hicimos el rol y nos fuimos de Olivos a hacer las compras con unas palabras en la cabeza: “Estos son jóvenes, Van a tener que laburar eh”.
Llegó el día. A las 8 en el YCA. Luego de saludar a los que cruzarían en el Fortuna II y el Esperanza y cargar los bolsos en la lancha fuimos al barco en el que correríamos la regata. Arriba Mariano nos invitaba a subir y a ordenar nuestras pertenencias. El barco se llamaba FUGA. Era notable el hermoso diseño de su casco, el sorprendente palo de carbono y el imponente timón de un metro y medio de diámetro. Los que nunca nos habíamos subido a un barco de semejantes características nos encontrábamos impresionados.
Salimos en dirección a la largada mientras nos preparábamos para correr. Ya se había gestado un clima de competencia donde las órdenes empezaban a ser directas y objetivas. Segundos antes de largar la predominante: “¡CUÉLGUENSE!”.
Pasadas unas horas era notable la ventaja que le habíamos sacado a los barcos que venían atrás. Los más notables eran el Milagros y Happy Hour. Íbamos a una velocidad de 9 nudos aproximadamente y nos encontrábamos sorprendidos por la capacidad de orzar del barco.
Luego de cuatro horas y 20 minutos cruzamos la línea de llegada. Minutos antes ya se empezaba a sentir el olor a leña característico del lugar y a la distancia se veían unas nubes negras que se habían asociado con la lluvia.
Al llegar a Colonia amarramos y disfrutamos de la comida que tanto se había hecho esperar. Mientras tanto, comenzaban a llegar los otros barcos. Poco a poco Colonia se fue haciendo azul y negra. CUBA invadía nuevamente Colonia!!
La reunión y la entrega de premios en el consulado estuvieron divertidas. Gracias a los que se ofrecieron a hacer el asado y a colaborar con la organización se había formado un gran clima. Alguien me dijo: “Los premios no importan sino lo que se hizo arriba del barco”.
Una foto que involucraba a todos los presentes en la reunión dio por finalizada la noche. Lo que sigue lamentablemente no se puede contar ya que lo que pasa en Colonia se olvida una vez sueltas las amarras.
La recepción contó con la presencia del cónsul argentino Cesar Matas Alcina asi como así también representantes de la Armada y Prefectura naval argentina y el agregado Naval Militar argentino en Uruguay.
Los resultados fueron los siguientes:
1er Puesto Serie B y 1 er puesto General: Cocoon – Fernando Montes. Adicionalmente se hizo acreedor del premio especial entregado por Armada Argentina por medio de su Agregado Naval Militar en Uruguay, y del premio especial entregado por la Intendencia de Colonia.
1er Puerto Serie A y 2do General: Happy Hour – Vicente (“Tito”) Ragognetti quien adicionalmente recibió el premio especial entregado por la Escuela Naval Militar Argentina.
2do Puerto Serie A, 3er General y Cinta Azul: Fuga – Mariano Delgui.
2do Puerto Serie B y 4to General: Dama de Plata – Horacio Varela.
3er Puerto Serie B y 5to General: TOC – Ricardo Trueba
3er Puerto Serie A, 6to General: Milagros – Alejandro Zarich.
1er Puesto Barco Escuela: “Esperanza” – Prefectura Naval Argentina
2do Puesto Barco Escuela: “Golondrina” – Escuela Naval Militar Argentina
Se entregaron adicionalmente reconocimientos a los veleros mejor posicionados con alumnos del curso de timonel de CUBA como tripulantes. Ellos fueron: 3er puesto – Esperanza. 2do Puesto: Dama de Plata. 1er Puesto: FUGA.
Finalizando el evento, se hizo entrega de un reconocimiento al Consulado Argentino en Colonia, quien a su vez hizo le regaló al CUBA, por medio de su comodoro Norberto Galindez, una placa recordatoria.