Filosofía

El conjunto de ideas que dieron origen a la filosofía del Taekwon-Do, ubica al hombre como un ser perfectible capaz de cambiar su propia realidad y transformar el mundo.

La violencia y pérdida de la moral en todos los niveles de la sociedad, podría originarse en la frustración. También podría provenir de la desilusión de buscar valores en lo que muchos consideran un materialista y absurdo mundo de guerra y decadencia.

Hay mucha gente con buenos ideales, con una energía y un potencial extraordinario pero a veces se equivocan en la forma de expresarse, en vez de canalizar constructivamente destruyen en lugar de construir o escapan de la realidad. La actual tendencia del más fuerte presionando al más débil pareciera una constante.

Todo ello quizás no solo sea por un tema de supervivencia, sino por una raíz excesivamente materialista.

El estudio del arte del Taekwon-Do implica un modo de pensar. El estudiante se forma con un alto sentido moral, se acerca buscando un camino, a moldear su extraordinaria energía, su potencial y lo hace en un sentido diferente al que parece estar encaminada gran parte de la sociedad. Los ejercicios dan flexibilidad, gracia, equilibrio y coordinación. Los fundamentales enseñan la la metodología para adquirir precisión, potencia, habilidad, para aprender a defendernos. La lucha nos enseña a ser humildes porque siempre descubrimos personas que son técnicamente superiores o inferiores que uno.

Adquirimos coraje, aprendemos a estar alertas y controlarnos.

La constante repetición de los movimientos nos enseña a ser pacientes.

El tremendo poder generado por nuestro cuerpo nos da confianza, al saber que podemos enfrentar a cualquier oponente, en cualquier lugar y situación.

El Taekwon-Do ayuda a resolver los problemas emocionales, al mejorar el sentido del propio poder y la autoestima.

Un maestro, abordará una visión filosófica del arte y llevará a sus alumnos a encontrase con ellos mismos, transmitiendo valores que hagan más grande al hombre como tal, capaz de cambiar su propia realidad y provocar cambios en el mundo en que vivimos.

 

El TKD como una filosofía de vida: las artes marciales en general engloban una serie de conceptos y principios por medio de los cuales se pretende un mundo más integrado y moral, constituyendo un camino en la vida, a través del cual uno puede descubrir valores que hacen más grande al hombre como ser humano. El TKD es una filosofía de vida, en la cual la lucha principal es con uno mismo y no con el oponente, como así también que las marcas a superar son nuestros propios objetivos.

 

El TKD como disciplina deportiva: quienes estamos en el TKD desde hace muchos años, siempre hemos manejado los mismos códigos de conducta. Debemos procurar que el hombre jamás sea sacrificado por el deportista, exaltando siempre que aceptar el triunfo y la derrota debe ser la consigna, como también respetar las reglas y procedimientos ya que el campeón se esconde detrás de un sistema en el cual podemos evolucionar todos como mejores personas, útiles a la sociedad.